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Al investigar “los orígenes del gótico” es posible remontarse a fechas anteriores al final de los años setenta; se puede encontrar que dos siglos antes del pos punk y la primera generación hubo algo llamado novela gótica, hace cinco siglos se hablaba del arte gótico, y mil quinientos años atrás las tribus godas se posesionaban del Imperio Romano de Occidente.
Superficialmente, pareciera que cada fenómeno llamado gótico en un momento histórico fuera heredero directo del anterior, pero en realidad no es así, las correspondencias entre la novela gótica y el arte medieval gótico son muy escasas; más bien es siempre una obra de la casualidad que a algo se le llame gótico, a excepción quizá de las tribus godas.
Los pueblos germanos de la antigüedad se pueden dividir en dos o tres grupos, personalmente me parece más acertado hacerlo en tres: germanos de occidente, escandinavos y germanos de oriente, mejor conocidos como Godos.
Tanto las tribus godas como las de occidente participaron en la quema de Roma en el siglo quinto de nuestra era y fundaron estados que luego se convertirían en grandes naciones como España, Francia, Inglaterra; así como muchas de las líneas de sangre de la nobleza de toda Europa.
Aun así, en el siglo XVI Giorgio Vasari, un artista del renacentista, denominó a los estilos posteriores al imperio Romano y anteriores al Renacimiento como Góticos, por ser atrasados y bárbaros en comparación de la cultura grecolatina; en especial al inmediatamente anterior, el de las altas iglesias y los vitrales, como la de Notre Dame.
Por supuesto la complejidad de aquellas iglesias, y en general ese arte cristiano y místico, poco tiene que ver con la cultura de las tribus de Visigodos y Ostrogodos.
De igual modo en la Novela Gótica, aunque pueden algunas hacer referencia a castillos o elementos medievales, no se relaciona con el significado y forma de los muros, las columnas o los rosetones que iluminaban las edificaciones sagradas.
Tampoco los chicos ingleses que se vestían de negro y pintaban sus caras a manera de cadáver estaban pensando en titularse a sí mismos como góticos, fue obra de las revistas New Musical, Expres y Sounds, al recoger la declaración de Ian Austbury refiriéndose a Andy Sex Gang como un “duende gótico”. Con el tiempo el movimiento se apropió de la palabra, resignificando según sus necesidades los conceptos.
La gloria de haber incendiado al gran Imperio de Occidente se la llevan los germanos y no los godos cuando se generaliza; los historiadores del arte sólo tienen ojos para la arquitectura medieval tardía; en la academia literaria se suele ignorar a la novela de horror del sigo XVII y XVIII. Y nosotros seguiremos siendo confundidos con el resto del subterráneo y mucho con los metaleros hasta por los mismos góticos, pero no por eso no dejaremos un legado. Tal vez en unas centurias haya algo nuevo llamado “gótico”.
Cuatro momentos y cuatro significados diferentes.

Cristhian Chavero López