viernes, 1 de junio de 2007



De la Revista Sangre y Cenizas No. 11


SIETE VIDAS TIENE UN GATO





Manuel Cristhian Jacome Berrueco
Para realizar el siguiente experimento se necesitan: un gato, una caja, un emisor radioactivo aleatorio, un detector de partículas, un martillo y un frasco conteniendo veneno. Con estos elementos, el físico Erwin Schrödinger planteó en 1935 una experiencia imaginaria.

Dentro de la caja se coloca el gato, la fuente radioactiva, el detector, el martillo y el frasco de veneno. Todo se dispone de tal modo que si se produce la emisión de una partícula, ésta activa un detector que, a su vez, hace que el martillo caiga sobre el recipiente de vidrio liberando el veneno. Hay 50% de probabilidades de que la partícula sea emitida y otro 50% de que no lo sea, de esta manera si se cumple el proceso el gato muere. En caso contrario vive y para averiguar el resultado es preciso abrir la caja. Para nosotros ¿qué ha ocurrido allí adentro? obviamente el gato estará vivo o muerto.

NO para los físicos cuánticos. Según ellos, las dos posibilidades solapadas han originado lo que se llama una “superposición de estados”. En el interior de la caja hay, en forma potencial, dos emisores, dos detectores, dos martillos, dos frascos y dos gatos.

Y lo que afirma la cuántica es que al abrir la tapa –y sólo entonces- y observar lo sucedido, es cuando dicha función de onda se colapsa y solo una de las dos posibilidades emerge en el mundo “Real”. ¿Y si no observáramos el interior de la caja? el gato y todo lo demás se hallaría en una especie de limbo, en un mundo cuántico indefinido fuera aún de la existencia.


Pero ¿Producirá los mismos efectos un aparato de registro tal como una cámara fotográfica? No (aseguró en 1961 el físico de origen húngaro Eugene Wigner). “Es la entrada de impresión en nuestra conciencia lo que colapsa la función de onda, pues ella modifica nuestra evaluación de las probabilidades, según la impresión que esperamos recibir en el futuro.

En Física Cuántica, el ser consciente tiene un papel diferente al de un aparato de “medición inanimado” como una cámara fotográfica. Wigner, sugiere que en lugar del gato, dentro de la caja se encuentre una persona. El resto del experimento sigue tal cual, sólo que al levantar la tapa, Wigner encuentra a un amigo.

El amigo de Wigner no tiene ninguna conciencia de haber pasado por ese estado dual Vivo/Muerto, no tiene ni idea de que se había convertido en una función de onda que se colapsará cuando el experimentador abra la caja, es Wigner quien obliga al Universo a decidirse entre uno de los dos estados, ¿Y el amigo? ¿Dónde queda su libertad de elección si Wigner, se la va a imponer unos minutos después?

La paradoja de Schrödinger es un buen ejemplo de uno de los pilares de la interpretación de la mecánica cuántica: el observador (persona) es tan importante como el sistema al que observa (la muerte). Sin él, el sistema está indefinido entre cualquiera de las situaciones posibles. Esta visión del mundo de la teoría cuántica está profundamente conectada con la “interpretación de los muchos mundos”, según la cual cada observación de la caja provoca la formación de dos mundos paralelos, uno en el que el gato está vivo y otro en el que el gato está muerto.

Según dicha interpretación cada instante se genera un número infinito de tales universos. Una de las numerosas novelas que tratan sobre mundos paralelos es “La llegada de los Gatos Cuánticos”, de Frederik Pohl; otra es Cronopaisaje de Gregory Benford que ahonda notablemente en este tema y cómo el observador colapsa el universo a uno o a otro estado según sus acciones.

En los últimos años el australiano Greg Egan ha retomado el tema con su metafísica habitual, en Cuarentena donde se describe cómo una serie de experimentos podría llevar a que un ser humano manipulase el mundo que lo rodea. Así que a pesar del cientificismo, individualismo, subjetivismo e intelectualismo con los que convivimos, el tema de la muerte es indudablemente uno de los más exquisitos que podemos tener. Así que la pregunta sería una vez más ¿qué es en realidad la muerte? sólo un concepto para poder explicar un fenómeno puramente natural, o mejor aún la apertura a un nuevo mundo en el cual no se sabe ni si quiera que exista el concepto de Muerte como tal.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante lo que mencionas...la muerte quiza solo este en la mente del observador dark_gothic_otaku@hotmail.com

Anónimo dijo...

Quisiera meterme en esa caja contigo.
Toda la vida lo esperaré.

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